Cuando uno llega con el último aliento a la cima de la loma,
otro apenas se preocupa al estacionar su flamante auto de lujo.
Con su ropa de brillos e insignias el deportista y todos sus
éxitos salen a la puerta del club mientras en la calle suena el escape de una agotada
bicicleta a motor.
…Y en el medio la sensación de que ningún logro personal,
por merecido que sea, va a cambiar lo mucho que necesita la gente.
1 comentarios:
solo queda crear, y construir, y develar un camino inmenso con pequños pasos.
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